¿Quién dijo que era fácil?. Ahí está el mérito: aprendemos a trabajar en nuestros proyectos, aprendemos a proyectar ideas y esforzarnos por conseguirlas (sin horarios...como las buenas pasiones), aprendemos a comunicarnos y entendernos, aprendemos a crear, aprendemos a persistir en el esfuerzo y a tratar de mejorar repetición tras repetición... Y en chicos de 2º de ESO tiene un valor enorme. Y como cada cual tiene su ritmo de aprendizaje, pues aquí están nuestros resultados: unos pueden correr mirando el cielo y otros aún tienen que andar mirando el suelo y midiendo cada paso...porque cada cual tiene su ritmo de mejora y crecimiento.Y me consta que, aunque cada grupo en diferente medida, le dedicaron tiempo e ilusión. Y que aprendimos mucho dándonos cuenta tras la prueba que aún lo podíamos hacer mucho mejor...si cabe.
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